SEMANA: ¿Cuando usted escribió ‘Betty, la fea’ alguna vez se le pasó por la cabeza el tremendo éxito que iba a tener? Fernando Gaitán: Jamás. No sólo porque de por sí un éxito así era inimaginable, sino porque yo le tengo mucho temor a la ambición. Mi trabajo es modesto. SEMANA: Y ahora que ve semejante éxito, ¿está asustado? F.G.: Asustado no es el término adecuado pero sí debo confesar que todo esto es muy intimidante. SEMANA: ¿Siente que con lo de la televisión en Estados Unidos ha tocado el cielo? F.G.: Hasta ahora me repongo del impacto. Imagínese: Betty, producida por Salma Hayek, llega a ABC, en horario estelar (viernes 8 de la noche) y vecina de Esposas desesperadas. Esto es demasiado. SEMANA: A propósito, ¿en cuántos países se emite ‘Betty’? F.G.: Hay dos situaciones distintas: una es la telenovela hecha por RCN que ha llegado a 90 países, y la otra son las producciones propias como la versión rusa, la india, la alemana, la mexicana, la holandesa y ahora la gringa. Y aún faltan la china y la española. SEMANA: Probablemente usted es el creador literario que ha llegado a mayor número de países junto con García Márquez. F.G.: Me siento extraño si hago esa comparación. Yo no puedo hacerla. La literatura es muy grande y la telenovela históricamente ha sido un género muy vituperado, es como la hija bastarda aunque eso sí aclaro que yo me la he tomado muy en serio y siempre que escribo lo hago de la manera más profesional posible. SEMANA: Pero ¿usted cree que habrá gente que no le reconoce el mismo éxito al menos en el ámbito de divulgación? F.G.: No sé. Yo me formé en la literatura, pero cuando empecé a escribir telenovelas, muchos amigos míos, muy intelectuales, dejaron de hablarme. Lo que sí sé es que mi novela ha tenido más impacto universal que el cine y que mucha de nuestra literatura. SEMANA: De cualquier manera, su creación le está dando la vuelta al planeta. ¿De qué le sirve todo esto? F.G.: Pues que ahora hay sitios donde no me toca pagar el cover, en algunos bancos la gente me permite saltarme la fila y en las aerolíneas también. En síntesis, ahora no me toca hacer colas y eso de verdad me hace muy feliz.