Durante sus seis años y pico en el Palacio de Nariño, incluso en los peores momentos políticos, el presidente Álvaro Uribe siempre ha tenido una talanquera: su envidiable posición en las encuestas. En este sexenio su aprobación nunca ha bajado del 65 por ciento y este año, sobrepasó el 80 por ciento. La nueva encuesta de Invamer-Gallup confirma esa aprobación: tres cuartas partes de los colombianos aprueban su gestión. Es diciente que nadie se sorprendió por la cifra. Que a Uribe lo quiere la inmensa mayoría de sus compatriotas es ya una verdad a puño en esta Colombia de 2008. Y más cuando aún se habla de la Operación Jaque, el mayor éxito militar y político de la seguridad democrática.Tal vez por eso, el orden público, que en enero de 2008 era la principal preocupación de la mitad de los colombianos, ya dejó de serlo. Las Farc ya no son vistas como la amenaza de antes, en los primeros años de Uribe. Hoy, según resalta la encuesta de Gallup, la intranquilidad de los colombianos proviene de otra fuente: la desaceleración económica. Es la única área donde una mayoría desaprueba la gestión del Presidente. Es su talón de Aquiles. El problema es que con la economía, a diferencia de los temas de seguridad en que la captura de un pez gordo genera réditos inmediatos ante la opinión, no hay mucho que puedan hacer Uribe y el gobierno en el corto y el mediano plazo para cambiar esa percepción. El desempleo va en aumento y las proyecciones de 2009 indican que esa tendencia se mantendrá por un rato. El mundo está inmerso en la peor crisis económica y financiera desde de los años 30 y Colombia no se va a escapar del coletazo.Los colombianos ya lo están sintiendo. En menos de tres meses, se pasó de la euforia de que el país iba en buen camino a un creciente pesimismo, causado por la incertidumbre y el frenazo económico. En julio el 14 por ciento pensaba que la situación empeoraba; hoy ya es el 41 por ciento el que teme por su futuro. Es el cambio más brusco de percepción negativa que se haya registrado durante la era Uribe. Ese creciente malestar de la ciudadanía también lo están sintiendo los alcaldes de Bogotá y Medellín. Tanto Samuel Moreno como Alonso Salazar han visto subir como un cohete su imagen desfavorable. Y aunque esta situación no ha golpeado aún la imagen del primer mandatario y su gobierno, la encuesta de Gallup sí deja algunos interrogantes sobre si la luna miel está llegando a su fin.La diferencia de respuesta a dos preguntas en particular llama la atención: mientras el 77 por ciento aprueba la gestión del Presidente, el 35 por ciento de los colombianos no quiere que Uribe busque una segunda reelección en 2010. En otras palabras, hay un bloque de uribistas que no va a estar con el primer mandatario si él opta por promover un nuevo cambio en la Constitución por vía de referendo.