Ramón Jimeno: En el caso de Leyva también hay coherencia entre la publicidad de la campaña y las de él como candidato. El problema es que está fuera de sintonía porque pregona algo que parece contrario a lo que el país quiere. Su discurso de la paz negociada no ha pegado y le hace falta fuerza para hacerlo creíble. No es lo mismo que Uribe salga a decir “se lo digo y se lo firmo” a que lo diga Leyva. Ángel Becassino: Leyva le imprime a su lenguaje una gran capacidad escénica pero escogió un manejo del leguaje que pretende ser imponente y no lo logra. Generaba más expectativa antes de que fuera candidato que ahora que se lanzó y eso ocurre por una razón: su estrategia de repetir que tiene la llave hace que la propuesta de gobierno suene sobredimensionada. Es paradójico, pero así la tenga, transmite la sensación de que no.