Esta semana respondieron una llamada de emergencia de Sid Ahmed Ghlam, un joven argelino de 24 años que llamó a una ambulancia tras dispararse sin querer en una pierna. El herido dio explicaciones confusas respecto a su accidente y levantó sospechas. Luego de registrar su casa y automóvil, la Policía encontró dos armas, tres celulares, un portátil, un sistema satelital de navegación y documentos con información sobre objetivos religiosos en la capital francesa que lo vinculan con el grupo Estado Islámico (EI). Según el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, EI envió a Ghlam a Francia hace dos meses para identificar objetivos terroristas en París, principalmente iglesias. Además de estos cargos, se le acusa de asesinar a la joven Aurélie Châtelain, que apareció muerta a las afueras de la capital y a quien el sospechoso le habría robado su carro. El presidente François Hollande admitió que este no es el único atentado terrorista que han podido frustrar este mes. Desde el ataque a la publicación Charlie Hebdo en enero y la muerte de 17 ciudadanos judíos en una tienda kósher, la Ciudad Luz está prácticamente militarizada en previsión de nuevos ataques.