Economías en recesión. Megaescándalos con presidentes imputados. Desempleo rampante, deterioro de los servicios públicos y altos niveles de inflación. Radicalización política y violencia desbocada. Gobiernos acusados de violar los derechos humanos y de ocultar sus vínculos con estructuras mafiosas. La lista de los males que se han abatido sobre el continente parece no tener fin.Desde el río Grande hasta la Patagonia, en 2016 se ha instalado en casi todos los países del continente un profundo malestar social que ha conducido a crisis políticas en varios puntos de la región. Y aunque el problema se explica en parte por la desaceleración económica mundial, el bajonazo económico de China y los bajos precios del petróleo y otras materias primas, lo cierto es que el mal manejo de la bonanza de la década pasada les está pasando factura a los gobernantes, que hoy tienen que lidiar con bajísimos niveles de popularidad.De hecho, Nicolás Maduro de Venezuela y Dilma Rousseff de Brasil están en la cuerda floja. Mauricio Macri de Argentina afronta una grave crisis de gobernabilidad. A Rafael Correa de Ecuador, Evo Morales de Bolivia y Daniel Ortega de Nicaragua se les acusa de manera cada vez más explícita de querer perpetuarse en el poder. Y en Colombia, el presidente Juan Manuel Santos afronta el momento más difícil de sus seis años de mandato, con una opinión pública indignada con la corrupción, sin plata para el posconflicto, y una oposición que gana terreno y se fortalece en las regiones.Como en los peores momentos de los años ochenta, el continente se enfrenta a una coyuntura adversa para la que está muy mal preparado. Y, como en esos años, en algunos países han vuelto a aparecer los fantasmas de los golpes de Estado, en otros se ha instalado el miedo de que sus economías entren en un ciclo largo de recesión, y unos más temen incluso que la polarización acabe con su frágil gobernabilidad.VenezuelaReferendo o muerteNadie se explica cómo no ha estallado la situación en Venezuela. Como un enfermo terminal, los síntomas de la decadencia no dejan de aumentar. El desabastecimiento, el racionamiento eléctrico, la ilegitimidad de las instituciones y el descontento popular generalizado tienen acorralado al presidente Nicolás Maduro. El FMI estima una inflación de más del 700 por ciento en 2016 y de 2.200 para 2017, es difícil encontrar alimentos básicos y medicamentos, las filas en los supermercados son cada vez más largas y la crisis energética es angustiante. Pero esos factores no son lo peor. Frente a la perseverancia de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora, el oficialista Consejo Nacional Electoral (CNE) se vio presionado a aceptar la recolección de firmas que activarían un referendo revocatorio.Maduro recortó la semana laboral del sector oficial a dos medios días de trabajo, con el pretexto de ahorrar energía por el fenómeno de El Niño. Esto exacerbó los ánimos, pues para la oposición la medida apuntaría a dilatar el proceso de auditoría de las firmas en el CNE. En solo un día, los organizadores recogieron más de 200.000 rúbricas, con lo que sobrepasaron la cantidad necesaria para dar paso al referéndum revocatorio, que necesita más de 4 millones de votos. Sin embargo, no se han hecho esperar las tácticas oficiales de paralizar el sector público y los obstáculos para los votantes, como la obligación de confirmar sus firmas ante el CNE.La oposición busca revocar a Maduro en noviembre, y que el presidente de la Asamblea, Henry Ramos Allup, asuma el poder para luego llamar a elecciones. Pero si el chavismo logra retrasar el proceso hasta enero, el vicepresidente Jorge Arreaza tomaría las riendas, lo que sería un gran fracaso para los opositores. Por lo pronto, las percepciones del panorama coinciden con lo que le dijo a SEMANA el periodista venezolano Joseph Polizuk: “El país parece puesto en pausa, como en una realidad paralela”.BrasilEl golpe avisaA menos de 100 días del inicio de los juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Brasil atraviesa el peor momento de su historia desde el regreso de la democracia en 1985. Todo lo que puede salir mal ha salido peor en el gigante de América del Sur, que hoy se asoma al abismo agobiado por una crisis económica mayúscula, cuyo efecto ha magnificado el escándalo de corrupción del Petrolão, en el cual se desviaron varios miles de millones de dólares de las arcas públicas.Hoy, la presidenta Dilma Rousseff está a punto de ser desalojada del Palacio de Planalto obligada por el proceso de destitución en su contra (el impeachment), debido a una acusación según la cual maquilló las cuentas federales. Y aunque la presidenta ha denunciado un ‘golpe’ en su contra y ha dicho que pesan acusaciones mucho más graves sobre los congresistas que han aprobado el proceso, lo cierto es que gran parte de la ciudadanía ha visto el impeachment como un referendo sobre su gestión. Y en efecto, la subida de la tasa de desempleo, el estancamiento de los salarios, el aumento de la pobreza, la inflación, el deterioro de los servicios públicos y las dificultades de la clase media para no caer en la pobreza son consecuencias directas de decisiones tomadas por el gobierno de Rousseff.A su vez, el llamado de algunos manifestantes y de diputados de extrema derecha, como Jair Bolsonaro, a que el Ejército intervenga le ha dado una dimensión sombría al proceso, que parece haber perdido en menos de un año los logros alcanzados en la década pasada.ArgentinaLuna de hielMauricio Macri llegó en diciembre de 2015 a la Casa Rosada de Buenos Aires tras vencer por un estrecho margen a su contendor, el oficialista Daniel Scioli. Sin embargo, desde que asumió ha gobernado como si contara con el respaldo de toda la ciudadanía y ha tomado decisiones polémicas que lo han enfrentado con las otras ramas del poder. Hoy, tanto el oficialismo como la oposición se encuentran enfrascados en un tenso pulso, que ha escalado hasta politizar los procesos legales contra el presidente y contra su antecesora, Cristina Kirchner, sobre quienes pesan graves denuncias de corrupción.Según revelaron los Papeles de Panamá, Macri está vinculado a las sociedades offshore Kagemusha y Fleg Trading. El mandatario se refirió al asunto con un escueto “está todo perfecto, no hay nada extraño” y sus allegados han insistido en que no tenía acciones en ellas, no obstante fuera su director. Sin embargo, el 23 de abril un fiscal de instrucción lo imputó por “omisión maliciosa”, pues en sus declaraciones juradas no figuran esas participaciones. La oposición, además, ha denunciado que el presidente estaría vinculado a otras seis sociedades offshore y lo ha imputado legalmente.A su vez, la Justicia ha acusado a la expresidenta Kirchner de hacer operaciones de venta a futuro que, ante la devaluación del peso, han resultado ruinosas para el país. También, le ha abierto un proceso por lavado de dinero, en un caso por el que han terminado en la cárcel algunos personajes muy cercanos a su gobierno, como el empresario Lázaro Báez. Las autoridades han escudriñado las propiedades de este en busca de dineros supuestamente pertenecientes a la exmandataria. Ella ha denunciado una persecución política en su contra, y ha invitado a sus seguidores a lanzarse a las calles para protestar. La tensión ha llegado a tal punto que el propio papa Francisco se ha mostrado inquieto por el odio que destilan sus calles.MéxicoHuesos en el armarioEl asunto de los 43 estudiantes desaparecidos a mediados de 2014 en el sur del país pasó de ser la piedra en el zapato del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto a convertirse en el gran símbolo de una administración plagada por poderes criminales y con fuertes vínculos mafiosos.Según denunció el martes en su último informe el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (Giei) –un grupo de peritos que el propio Estado mexicano invitó al país para investigar el caso–, hay fuertes indicios de que miembros del gobierno sembraron evidencias, torturaron testigos, suplantaron detenidos, ignoraron indicios que apuntaban a la participación de la Policía Federal en los ataques, y obviaron las evidencias según las cuales es imposible que los estudiantes hayan sido incinerados en un basurero cercano al lugar de los hechos, como dice la versión oficial.Y es que a pesar de las intenciones del presidente de proyectar a México al futuro y de brindar una imagen moderna del país, lo cierto es que las masacres, las desapariciones, las amenazas a periodistas y los enfrentamientos a tiros en las calles han sido el pan de cada día. En la actualidad, de las 50 ciudades más violentas del mundo, cinco se encuentran en México, entre ellas la paradisiaca Acapulco, que pasó de ser el centro de veraneo de las estrellas de Hollywood a un escenario sangriento de enfrentamientos mafiosos.EcuadorDe sismo y vacas flacasEl terremoto de 7,8 en la escala de Richter que devastó a Ecuador a mediados de abril tuvo réplicas de todo tipo en materia económica: el decrecimiento del producto interno bruto (PIB), la urgente ayuda internacional, la ausencia de fondos de contingencia y las críticas por el enorme gasto público son algunas. El revolcón ya se le estaba avecinando al presidente Rafael Correa. Desde 2015, con el fin de la bonanza petrolera, su economía comenzó a retroceder y el sismo fue un golpe mortal. Ahora, se le critica la inversión en el sector público, el aparato estatal y en una infraestructura que no soportó la sacudida. Ante una economía exprimida en las vacas gordas, el erario ecuatoriano no puede por sí solo hacerle frente a la crisis. Además, otro gran problema que está afrontando el gobierno es el malestar popular frente a la catástrofe y a la falta de presupuesto para levantar nuevamente al país. En los últimos días, Correa soltó una perla que causó aún más escozor: amenazó con detener a quien pidiera ayuda a gritos por alterar el orden público. Con una retracción económica del 7 por ciento, casi 700 muertos, más de 8.000 heridos y aproximadamente 29.000 damnificados en la zona cero, el desastre y las vacas flacas tienen en aprietos a Ecuador.BoliviaEl ADN del clientelismoLa telenovela de nunca acabar entre el presidente Evo Morales y su expareja Gabriela Zapata solo ha desviado la atención pública de los contratos poco transparentes que se han firmado en diez años de mandato. Más allá del escándalo alrededor de si se realizará la prueba de ADN o si su exnovia planeaba fugarse a Brasil, el caso del hijo no reconocido de Morales es la punta del iceberg del clientelismo en Bolivia. Aunque el gobierno firmó con Zapata millonarios contratos estatales, la acusa de tráfico de influencias sin especificar con qué funcionarios o entidades. Ya estaba claro que al país lo golpeó el fin del idilio de los hidrocarburos, pero esta especie de novela rosa dinamitó la credibilidad del presidente. Los bolivianos le dijeron no a Morales en el referendo por la reforma constitucional que daba posibilidad a otra reelección. Su popularidad, que antes era la más alta del vecindario, se desplomó casi 20 puntos en seis meses.PanamáSin secretos no hay paraísoEl escándalo de los Papeles de Panamá es solo una de las sombras que han opacado el mandato del presidente Juan Carlos Varela. Su canciller, Isabel de Saint Malo, debió salir a dar la cara frente al escándalo de los documentos filtrados de la firma Mossack Fonseca que lo catalogan como uno de los mayores paraísos fiscales del mundo, y prometió que Panamá se convertiría en el líder de la transparencia. Pero los ciudadanos no piensan lo mismo. Según una encuesta de Dichter & Neira, el 76 por ciento de los panameños ven de forma negativa la imagen del gobierno, y la percepción de su gestión cayó 20 puntos porcentuales entre 2015 y lo corrido del año 2016, al pasar de 66 a 46 por ciento. Y no es para menos. Aunque esta semana la Corte Suprema de Justicia retomó los siete casos abiertos contra el expresidente autoexiliado Ricardo Martinelli por delitos contra el erario público, Varela ha estado en la mira de la opinión pública pues, antes de cortar relaciones con su predecesor, no solo fue su ministro, sino también su vicepresidente. Como si estuviera siendo arrastrada por el comercio internacional y los ingresos del canal interoceánico, la popularidad del jefe de Estado también está cayendo en picada.NicaraguaCon aire dictatorialLa corrupción generalizada, el nepotismo y las sistemáticas violaciones de las garantías democráticas en Nicaragua fueron las principales conclusiones que extrajo el informe anual sobre derechos humanos de 2015 del Departamento de Estado norteamericano. La entidad afirmó en su reporte que el gobierno nicaragüense, además de tener capturados los órganos estatales, acosa e intimida a las ONG, a la oposición y a los medios de comunicación independientes. No solo el gobierno de Daniel Ortega se ha dedicado a contratar a familiares y a amigos, sino que también manipula a la población para que se afilie al Frente Sandinista y de esta manera acceda a los Gabinetes de Familia. Así, la población puede obtener alimentos subsidiados, vivienda y vacunación, servicios que supuestamente se les niegan a los miembros de la oposición. Añadido a esto, el régimen desembolsó por fuera del proceso presupuestario un promedio anual de 500 millones de dólares de fondos de asistencia económica y desarrollo prestados por la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba). Como si no fuera suficientemente grave, mientras los sandinistas afirman que Ortega ganaría cómodamente otra reelección en 2020, la oposición critica la inconstitucionalidad del Consejo Supremo Electoral pues todavía no ha llamado a los partidos para prepararse para las elecciones, cosa que debió haber hecho en noviembre.CentroeméricaEl regreso de las marasA mediados de abril, el gobierno de El Salvador lanzó una operación contra las maras compuesta por 600 militares y 400 policías armados con fusiles de asalto. La operación obedece al recrudecimiento de la violencia en ese país, que este año se ha cobrado 2.222 víctimas. La medida tiene con los pelos de punta a sus vecinos de Guatemala, Honduras y Nicaragua, que tienen buenas razones para temer que los ‘mareros’ emigren a sus países para evitar a las autoridades salvadoreñas. En Honduras, en las redes sociales ha circulado un comunicado de un grupo llamado Escuadrón Mata Mareros que ha amenazado con “una cacería de pandilleros” para “desplazar sin piedad” a los eventuales emigrantes. El fenómeno es muy preocupante, pues junto a Venezuela esos tres países son los más violentos del mundo. A su vez, de las seis ciudades con más homicidios del planeta, tres se encuentran en el Triángulo Norte, que es como se conoce a la región formada por Honduras, Guatemala y El Salvador.