CINCO ESTRELLASLa industria hotelera se tomó a Medellìn. Más de 1.500 habitaciones están disponibles para ejecutivos de alto nivel. EL BOOM HOTELERO se tomó a la capital paisa. Dentro del rango de hoteles de cuatro y cinco estrellas, Medellín cuenta con cerca de 1.500 habitaciones para atender a sus huéspedes. La concentración de los hoteles mas exclusivos se encuentra en la zona de El Poblado, que actualmente es la preferida por los ejecutivos que visitan la ciudad. De hecho, para la mayoría de los especialistas entrevistados, las opciones de alojamiento de lujo en el centro de la ciudad tenderán a desaparecer. Ese fenómeno es explicado por Girleza Gómez, gerente general del Hotel Portón de Oviedo, quien asevera que el mercado se desplazó a El Poblado porque a esa zona se trasladó el mundo de los negocios y las finanzas. Además el centro de Medellín tiene fama de ser supremamente inseguro. No cabe la menor duda de que el sector con mayor competencia es el de las cuatro y cinco estrellas. Además de los hoteles del centro, como el Nutibara, en El Poblado se pueden encontrar varias opciones, entre las cuales las más tradicionales son el Inter-Continental y el Poblado Plaza. Las alternativas más nuevas son el Portón de Oviedo, de cuatro estrellas, y el Park 10. Y como si esto fuera poco, hay que sumar tres proyectos más que comenzarán a funcionar en 1996: el Forte con 123 habitaciones, el Belfort con 96 y el Dann con 220 suites. La competencia por ganar clientela está en su máximo apogeo. El problema, según Manuel José Molina, gerente del Poblado Plaza, es que la mayor parte de los hoteles de la franja alta se están especializando en atraer al mismo tipo de clientela. Como casi el 80 por ciento del turismo de Medellín es de negocios, la mayorìa de los esfuerzos de mercadeo pretenden enganchar a los ejecutivos de alto nivel. La situación se complica si se toma en cuenta que todos le ofrecen básicamente lo mismo a los ejecutivos: restaurantes de primera, salones de eventos y conferencias, salas de reunión, suites elegantes y confortables, pubs y discotecas, piscinas, turco, sauna, tarifas especiales y planes de fin de semana. En ese sentido, los hoteles más viejos se preparan para la competencia buscando la máxima tecnología en sus servicios y remodelando sus instalaciones. Ejemplo de ello son el Poblado Plaza, que remodeló y construyó una nueva torre de suites, y el Inter-Continental, que este mes comenzó el proceso de remodelación de sus habitaciones. Como es lógico, todos los gerentes entrevistados coincidieron en que sus hoteles están preparados para competir. Por ejemplo, el gerente del proyecto del Park 10 -de 55 habitaciones-, Javier Peláez, no dudó en afirmar que su hotel prácticamente no tiene competencia pues es "la casa de los huéspedes más ilustres de Medellín" Para él, no hay otra opción de gran lujo en la ciudad que además ofrezca las mismas tarifas que los hoteles de cinco estrellas. Tanto Girleza Gómez como Javier Peláez defendieron su producto al afirmar que en la actualidad la tendencia de los hoteles finos es ser pequeños, pues los ejecutivos de alto nivel exigen una atención muy personalizada que establecimientos con 200 habitaciones no pueden dar. Es así como los hoteles grandes y los pequeños están orientados a otro tipo de huésped. Aunque todos los entrevistados enfatizaron que están preparados para la 'guerra hotelera', ninguno dudó en afirmar que la demanda actual no es suficiente como para que entren a competir los tres hoteles que vienen en camino. Según Girleza Gómez, el problema es que muchos hoteles hicieron su estudio de factibilidad en la misma época. Lo anterior hizo que el faltante que presentaba la demanda fuera suficiente como para construir más habitaciones. El meollo del asunto es que en ninguno de los nuevos hoteles se imaginaron que se estaban gestando cuatro o cinco proyectos al mismo tiempo. Al analizar el panorama, todos los entrevistados coincidieron en afirmar que lo más importante es que cada hotel se preocupe por definir muy claramente el perfil de sus huéspedes. De lo contrario, el hotel que no lo haga, será fácilmente derrotado y tendrá que salir de la competencia. Mientras tanto, los que van a terminar más beneficiados de este asunto son los turistas que viajen a Medellín, pues si hay algo que mejora las tarifas y los servicios es la competencia.