Desde hace más de un año, familiares de personas con problemas de drogadicción y alcoholismo internadas en la Fundación Arca de Restauración  en Mosquera, Cundinamarca, vienen denunciando torturas y maltratos en esta institución. Debido a estas supuestas torturas han muerto tres internos. Uno de los recientes fallecimientos fue el de Ana Carolina Chacón Rodríguez, una joven que murió el pasado fin de semana, al parecer como consecuencia de los golpes en esta institución. A este caso se suma el de Jhonatan Andrés Garay, un joven de 16 años, quien falleció en una camioneta de la fundación. El jueves, cinco líderes de la fundación fueron capturados por el supuesto homicidio y tortura de la jóven Chacón. Se sabe que la Fiscalía adelanta una investigación con el objetivo de esclarecer los hechos. El programa Séptimo Día, que les ha hecho seguimiento a las denuncias, reveló hace unos meses el caso de un muchacho con problemas de alcohol que pedía a su familia que lo liberaran de ese lugar. Finalmente falleció por complicaciones de salud relacionadas con desnutrición y falla pulmonar. Según el programa Séptimo Día, la Fiscalía tiene conocimiento de estos hechos pero no hay decisiones todavía. En internet circulan videos y denuncias de personas que han estado internadas donde muestran los presuntos abusos cometidos. Sin embargo, otras defienden las acciones de la institución porque consideran que para que las personas puedan salir adelante se necesita una disciplina fuerte. Para saber qué está pasando en este lugar, Semana.com entrevistó en exclusiva al pastor cristiano Leonardo Fabio Álvarez. Dijo que todo obedece a una persecución contra la institución que dirige y que fundó hace 11 años, en la que están actualmente internadas 145 personas, en una sede en Funza. Lo cierto es que estas denuncias ponen en el centro del debate lo que pasa en cientos de instituciones de rehabilitación que no son controladas por ninguna entidad del Estado. Estas son las declaraciones de Báez:   Semana.com.: ¿Cuándo y por qué creo la fundación Arca de Restauración? Leonardo Fabio Báez: Nació hace 11 años en Ciudad Bolívar después de que yo me recuperé del problema de las drogas porque Dios me salvó. Inicié solo, pero al cabo de los años han llegado personas a colaborarme. Todo el mundo piensa que esto es un negocio y yo lo hago por amor. Semana.com.: ¿Cuál es el tratamiento que aplican con los pacientes? L. F. B.: Mostrarles todos los días lo que nos dice la Biblia. Entendiendo que nosotros somos el real sacerdocio, el pueblo escogido por Dios. Semana.com.: ¿Cómo es el día a día de una persona en la fundación? L. F. B.: Los muchachos se levantan a las 5 de la mañana, se bañan y a las 6 de la mañana están orando. A las 8 desayunan y a las 9 entran a hacer los cursos del SENA, a estudiar y otra clase de actividades como manualidades y artesanías. Semana.com.: Pero hay denuncias desde agosto del año pasado sobre maltrato, golpes, choques eléctricos y torturas. ¿Qué dice de esas denuncias? L. F. B.: Que tal vez esas torturas las aplicaron en otro lugar. Nosotros trabajamos con la disciplina y la fe y no dejamos escapar a los jóvenes. Yo tengo una responsabilidad con los padres, entonces si a mí alguien se me vuela, voy a buscarlo donde sea. Obviamente no es fácil traerlos a las buenas, entonces me tocaba traerlos a las malas. Cuando se me volaron unas personas, fueron y pusieron esas denuncias para evitar que volviéramos a recogerlos. Semana.com.: ¿Es decir que no han maltratado a nadie? L. F. B.: No. Semana.com.: Entonces, ¿qué pasó con el joven de 20 años Jhonathan Andrés Garay, que murió en un carro de la fundación? L. F. B.: Él no había ingresado a la fundación todavía. Ese día estábamos recogiéndolo. Trató de volarse de la camioneta que ustedes ven aquí atrás. Se estrelló contra un vidrio cuando lo iban a coger y se le reventó la boca, lo acostaron y entró en un paro respiratorio. Semana.com.: ¿Cómo así? ¿Se estrelló con un vidrio y se murió, así no más? L. F. B.: Sí, él no quería venir. La mamá llevaba 20 días llamándome. Cuando fueron a recogerlo fue una guerra. Se rodaron por una loma, por eso él estaba lastimado. La mamá les suplicó a los muchachos que fueron a recogerlo que lo trajeran a la fundación. Trató de volarse, se estrelló contra el vidrio y colapsó. Semana.com.: ¿Por qué usted no deja ir a los pacientes? Otro joven que falleció pedía que lo dejaran salir.   L. F. B.: Cuando un familiar o allegado va a sacar a su muchacho de la fundación debe pasar una carta con ocho días de anticipación, para evitar problemas. Yo archivo eso en las hojas de vida y si el día de mañana pasa algo, yo digo que usted sacó al muchacho y no fue porque yo lo eché. Semana.com.: Hay un tercer caso, el de Ana Carolina Chacón Rodríguez, que murió hace unos días ¿Qué ocurrió con ella? L. F. B.: La verdad, no sé. No estaba en la fundación. Yo llevo dos meses incapacitado. Lo único que sé es que ella cogió unos cuchillos, apuñaló a una niña y a otra la amenazó y se formó una pelea en la fundación. Eso lo sabe la  Fiscalía. Semana.com.: ¿Usted no sabe dónde están las personas involucradas con la muerte de Ana Carolina? L. F. B.: No. A algunas muchachas se las llevaron los padres, a otras se las llevó abruptamente la Personería de Funza y otras quedaron en manos de Bienestar Familiar. Esto es una persecución contra nosotros. Semana.com.: ¿Usted conocía personalmente a Ana Carolina? L. F. B.: Sí, claro. Llegó muy golpeada porque a ella la sacaron del Bronx con la hermana. Duraron como 15 días llamándome para que fuera a recogerlas al centro. Yo les dije que no porque me tocaba irme hasta el Bronx. Ella tenía la manía de comer lo que encontraba en las basuras con las manos y apenas ahora la estábamos educando. Llevaba cuatro meses. La foto que muestran las redes sociales de ella no es ni la mitad de como llegó a la fundación. Ella llegó muy mal. Semana.com.: Pero según el informe de Medicina Legal, ella murió por los golpes que recibió en la fundación. L. F. B.: Esto fue una pelea entre las internas de la sede de mujeres.   Semana.com.: ¿Ha hablado con los familiares de Ana Carolina? ¿Qué explicaciones les ha dado? L. F. B.: No he podido porque ando sin celulares por mi incapacidad. Pero con el líder que estaba encargado de la sede mujeres sí se ha hablado. En principio nos dijeron que les colaboráramos con el traslado del cuerpo, que fue de un millón de pesos, y eso ya lo dimos. Semana.com.: ¿Por qué impidió el ingreso de policías a la fundación? L. F. B.: Esto fue hace cuatro años. Un día se metieron a la fuerza sin tener una orden. Estaba mi esposa en la fundación y la ultrajaron. Estaban diciéndoles a todos los internos que se fueran cuando eso no se puede hacer porque yo tengo una orden de los papás. Yo cerré la puerta. Ellos venían a acabar la fundación. Semana.com.: ¿Por qué entonces tantas denuncias, si usted dice que no ha hecho nada malo? L. F. B.: Porque hay persecución. Todas las fundaciones que han tratado de estar acá las han sacado. No quieren que se muestre la problemática que hay en Mosquera, uno de los epicentros de la droga. Lo que muestran los videos es falso, son montajes. De aquí han salido adelante personas que habían vivido en la calle por 15 años y ahora tienen sus familias y son personas de bien. Twitter @LauraAnzolaA