Buenos Aires.- En el 2006, el país sudamericano, también el primer exportador de aceite de soja -insumo utilizado para la elaboración del derivado-, aprobó una ley de biocombustibles que obliga la mezcla de un 5 por ciento de combustibles verdes en los derivados del petróleo. La norma tendría que haber entrado en vigencia el 1 de enero, pero ésta recién comenzará a cumplirse en las próximas semanas, luego de que el Gobierno aprobó el ingreso -hasta enero vedado- de las grandes empresas del sector en el plan de provisión interna de biodíesel, según especialistas consultados por Reuters. "La demora fue producto de la necesidad de adecuar el programa (de biocombustibles) a las posibilidades que ofrecía el mercado interno, (...) superando la barrera que generaba la Ley", dijo Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno (AABH). La disposición buscaba beneficiar a pequeñas y medianas empresas, otorgándoles preferencias en la provisión de las cerca de 860.000 toneladas de biodíesel necesarias para la mezcla de combustibles. No obstante, los pequeños procesadores están lejos de poder abastecer la demanda, por lo que a inicios de febrero el Gobierno incluyó a procesadoras gigantes como Vicentín, Glencore y Louis Dreyfus en las cuotas repartidas para proveer a las plantas de mezcla por un año. Otros detalles como la definición del precio al que se proveerá el biocombustible y la adecuación de las plantas de mezcla también atrasaron la puesta en marcha de la ley, dijo Gabriel Obrador, vicepresidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO). "Esto ya está en camino, ya no va a ser demorado más. En abril (la mezcla) comenzará a verse en los surtidores en todos lados", dijo Carlos St. James, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER). En el 2009, Argentina produjo alrededor de 1,2 millones de toneladas de biodíesel, mientras que en el 2010 en el país se elaborarían entre 1,6 y 2,2 millones de toneladas del producto. Argentina comenzó a elaborar biodíesel en mayor escala en el 2007, el año en que realizó por primera vez exportaciones del biocombustible, por alrededor de apenas 170.000 toneladas. En los dos años siguientes, impulsadas principalmente por la fuerte demanda de la Unión Europea, las ventas al exterior del derivado se dispararon cerca de un 580 por ciento a 1,15 millones de toneladas, posicionando al país entre los principales exportadores del mundo. A pesar de la repentina amplia demanda local de biodíesel -hasta el 2009 las fábricas vendían al exterior prácticamente el total de su producción-, las exportaciones argentinas del derivado no se interrumpirían. "Los productores de biodíesel tienen capacidad instalada suficiente para atender el mercado interno y la exportación. Vienen operando masivamente en este último segmento con mucha fluidez, por lo que están en condiciones de cumplir con los compromisos asumidos", dijo Molina. Las ventas el exterior de biodíesel de Argentina subirían a 1,4 millones de toneladas en el 2010, desde los 1,2 millones del año previo, dijo St. James. A su vez, según Obrador, si bien Argentina continuará siendo líder a nivel internacional, para abastecer al mercado interno, el sector exportador se vería privado de 300.000 o 400.000 toneladas de biodíesel. Según AABH, Argentina en el 2009 ya había pasado al frente del grupo de los principales proveedores mundiales de biodíesel, mientras que CARBIO estima que recién este año el país pasaría a ocupar el rol de primer exportador internacional. "Vemos a esta industria como una muy promisoria, pero que aún está en sus inicios. Sin embargo, está dando unos pasos sólidos porque los gobiernos han decidido tomar carta en el asunto del calentamiento global y tomar políticas activas para reducir gases de efecto invernadero", agregó Obrador. Reuters