En una bodega de Fontibón donde se encontraban los activos que habían quedado de la pirámide de David Murcia, apareció algo muy raro. Entre las neveras, televisores y otros electrodomésticos fueron encontrados unos morrales en los que había tres minas antitanques, explosivos, granadas y objetos que parecen lanzacohetes. La liquidadora de la entidad, María Mercedes Perry, inmediatamente notificó a la Policía, la cual tomó posesión de ese armamento y está haciendo las investigaciones del caso.