Escoger el sexo de los hijos está cada vez más lejos del reino de la brujería y cada vez más cerca del de la realidad. Pero ya existen médicos, sociólogos y filósofos que plantean serias objeciones éticas frente a dicha posibilidad, y que incluso vaticinan que de patentarse, estos métodos de escogencia del sexo de los hijos garantizarían en pocos años que el planeta Tierra quedaría en manos de los hombres reduciendo a las mujeres a una minoría capáz únicamente de desempeñar el papel de ciudadanas de segunda categoría. Al parecer, dos métodos de tratamiento de la esperma masculina en un laboratorio, y posteriormente practicando la inseminación artificial, dejan abierta esta puerta: el primero de ellos para engendrar hijos varones, y el segundo para "hacer" mujeres. Ambos métodos son diametralmente opuestos a otros que durante una época parecieron haber revolucionado el mundo de la genética, aunque a la postre demostraron su inutilidad para garantizar sin margen de error el sexo de los hijos: la manipulación del balance químico del útero de la mujer, o la realización del acto sexual durante determinados períodos del ciclo femenino.VENTAJAS DE NADAR MEJORA comienzos de 1970, la Schering, una compañía farmacéutica alemana, y el doctor Ronald Ericsson, inventor de uno de los métodos, trabajaron intensamente en la meta de perfeccionar un sistema rápido y preciso para seleccionar los espermatozoides. Como se sabe, estos contienen los cromosomas que son los principales determinantes del sexo. Así, un óvulo fecundado por un espermatozoide que contiene un cromosoma y desarrollará un hijo hombre, mientras uno fertilizado por un espermatozoide con cromosoma X desarrollará una mujer.La técnica de Ericsson consiste en separar los espermatozoides Y de los X mediante un procedimiento que aparentemente demuestra la superioridad de los primeros sobre los segundos en el deporte de la natación. Se llenan varios tubos de vidrio con capas (cada una más densa que la anterior) de albúmina de suero, una proteína viscosa y soluble en agua que se encuentra en la clara del huevo y en la sangre de los seres humanos y de otros animales. Sólo una décima parte de los espermatozoides logran atravesar sanos y salvos las capas de los distintos tubos de ensayo, un 80% de ellos con cromosomas Y. La explicación, sospecha Ericsson, está en que la densidad de la albúmina actúa como una barrera que exagera una momentánea superioridad en la habilidad de nadar que poseen los espermatozoides Y. Debido a que éstos son ligeramente más veloces, y su superficie es un poco más pequeña que la de los espermatozoides X, los Y pueden nadar más rápidamente y atravesar con mayor velocidad las capas de albúmina LA VENTAJA DE SE "UN X" Un procedimiento distinto, se utiliza para almacenar los espermatozoides X. Un equipo de investigadores belgas lo inventó en 1975, y en la actualidad el método ha sido perfeccionado por un médico norteamericano, el doctor Stephen Corson, obteniendo un alto grado de efectividad. Consiste, básicamente, en escoger los espermatozoides X filtrando el semen a través de cilindros de vidrio que han sido previamente llenados con una solución salina y una gelatina que tiene la consistencia del pudín de tapioca. Sólo los espermatozoides X la atraviesan. "Teóricamente, han dicho los doctores que han experimentado el método, no existe razón para que este método funcione, pero funciona".Se sospecha que algún componente en la membrana externa de los espermatozoides masculinos--componente del que carecen los espermatozoides femeninos--se adhiere a la sustancia contenida por el tubo. Sea o no está la explicación, unas pocas mujeres inseminadas con esperma seleccionada mediante este método han dado a luz un mayor porcentaje de mujeres. Pero algunos críticos dicen que el número de casos es demasiado pequeño para otorgar evidencia concluyente de que el método de la gelatina es el factor clave para "producir" niñas.Aunque Carson y Ericsson, cada uno patrocinador de técnicas distintas, están unidos tras el objetivo de convencer al establecimiento médico, y en especial a los ginecólogos, de que sus métodos son confiables, se han encontrado con la oposición de algunos facultativos, que no los cuestionan tanto científica como éticamente. Dicen que escoger el sexo de los hijos reduce los bebés a la calidad de artículo de consumo, y demerita el valor de las relaciones maritales y de la vida en general. En resumen, son las mismas objeciones que se le hacen a la inseminación artificial y a la manipulación genética. Pero algunos sociólogos pintan más negro el panorama. Dicen que la casi universal preferencia por los hijos varones, sesgaría el radio de la población inclinando peligrosamente su balance hacia un dominio masculino, y relegaría a las mujeres a una posición de subordinación en las generaciones venideras.Ericsson rechaza tales críticas. "Siempre es igual. El automóvil es aún objeto de controversias. La aspirina también. Todo lo que posee un impacto, es sujeto de controversias". Por su parte, Carson no encuentra nada éticamente cuestionable en relación con la escogencia del sexo de los hijos, sino que lo ve, por el contrario, como una forma de medicina social. "La gente que desea una niña y en lugar de ello engendra un varón, puede ser víctima de unafrustración semejante a la de las parejas que desean tener un hijo y son infértiles", afirma.Eticamente cuestionables o no, si efectivamente dichos métodos funcionan, no tardarán en popularizarse, y es poco lo que quienes los cuestionan podrán hacer para evitarlo. Lo única cierto es que a partir del momento en el que pueda escogerse el sexo de los hijos,la humanidad jamás volverá a ser la misma. -