Colombia tiene una deuda pendiente con las ciencias. Más exactamente con los 7.000 científicos e investigadores que calcula la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (Ricyt), plataforma con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericano (OEI), que hay en el país.El incremento del 70 % en términos de inversión en I + D en los últimos años no siempre se ha visto reflejado en un aumento de la financiación de proyectos independientes o de profesionales que no están vinculados a instituciones universitarias. Así se lo hicieron saber a Semana Educación varios científicos e investigadores consultados que, a grandes rasgos, coincidieron en apuntar que ser investigador en Colombia es “una osadía”.Al margen de la deficiencia del sistema y la falta de una política articulada, lo que está claro es que en el país existen profesionales de la ciencia, preparados y con ganas de materializar sus proyectos.Para dar respuesta a todos ellos, la Comisión Nacional de Cooperación de la Unesco y L’Oreal Colombia, de la mano de Colciencias e Icetex, lanzaron la beca ‘Mujeres para la ciencia’. Valorada en 40 millones de pesos, el objetivo es apoyar a una investigadora colombiana a desarrollar un  proyecto de un año relacionado con las ciencias de la vida, ciencias agrarias, ciencias tecnológicas, ciencias médicas, química, física, y matemáticas. La fecha de inicio y finalización del programa está fijada el 5 de diciembre de 2016 y el mismo día del año siguiente, respectivamente.La interesada debe ser originaria de Colombia, residir en el país, tener entre 25 y 45 años y ser estudiante de doctorado o postdoctorado. También se valorará el que haya participado en investigaciones relacionadas con el área de la propuesta que va a presentar.De acuerdo a la página del Icetex, ente encargado de registrar las solicitudes, sólo se aceptarán candidaturas hasta el 25 de julio.Estrategias a favor de la investigación En la teoría, Colombia debería ser un buen país para ser investigador, pero en la práctica, el desconocimiento sobre los beneficios de invertir en I+D están resultando un obstáculo para el avance de estos profesionales. Por ejemplo, muchos ignoran que el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 incluye una herramienta por la que se permite a las empresas realizar deducciones tributarias por las inversiones en proyectos de investigación, tecnología, software e innovación. El objetivo de la medida es duplicar la inversión en estas disciplinas del 0,5 % actual del Producto Interior Bruto (PIB) al 1 %.  En ese sentido, quienes inviertan o donen recursos en programas o proyectos de ciencia y tecnología, tienen derecho a deducir de su renta el 100% de la inversión hecha en ciencia y tecnología, además del 75% de ese valor como incentivo tributario.Sin embargo, pocas compañías acceden a este instrumento, como explicó Josefina Hernández, directora del Programa de Ingeniería Civil de la Fundación Universitaria del Área Andina con sede en Valledupar y Presidenta de la Sociedad de Ingenieros del Cesar.Desde que esta herramienta fiscal fuera  aprobada en 2011, sólo 40 empresas del país se han beneficiado de ella entre 2011 y 2014, de acuerdo a los datos de Planeación Nacional.