Una Dilma Rousseff en llamas llenó la portada del martes del periódico Estado de São Paulo. Y aunque la idea era hacer referencia a la antorcha olímpica, el medio de comunicación fue criticado por supuesta cacería -y quema- de brujas.Sin embargo, la situación en Brasil sí se ha convertido en un infierno. No solo el Senado votará el 11 de mayo la aceptación del impeachment, lo cual apartaría a la presidenta del poder durante 180 días, sino que, además, esta semana el Supremo brasileño suspendió al presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha. Este, a pesar de haber sido el abanderado de la destitución de Dilma, tiene graves implicaciones en el caso Petrobras y está siendo investigado por sus cuentas en Suiza. Y con Lula da Silva también en la mira, la crisis política en Brasil no parece dejar títere con cabeza.