Efrén Vargas llevaba tiempo refugiado en una cabaña de la selva chocoana cuando lo sorprendieron los agentes de la operación Agamenón II. Había escapado ya de tres operativos de Policía y esperaba poder hacer lo mismo esta vez, pero la estrategia del bloque de búsqueda no le permitió huir de nuevo. En el momento en que los miembros de su anillo de seguridad empezaron a disparar contra los 50 comandos de la Dijín y del Ejército que vinieron a capturarlo, la réplica fue tan fuerte que Vargas cayó abatido junto con seis de sus sicarios en las afueras de su vivienda. Si Rafael, o Culo de Toro, como también le decían, era un objetivo tan importante para las fuerzas del orden es porque se trataba del hermano de Roberto Vargas, alias Gavilán, el segundo al mando del terrible Clan del Golfo, la mayor organización criminal del país. Ese nexo familiar es el que le había permitido escalar hasta el cuarto escalón de los mandos del clan y ocupar la posición que ostentaba hasta su neutralización el 12 de julio.

En particular, Efrén era el encargado de liderar las rutas de narcotráfico y los laboratorios de cocaína situados en el Urabá chocoano, así como de organizar los asesinatos de policías que decretó el Clan del Golfo después de la muerte de su capo alias Pablito en mayo de 2017 y de organizar las confrontaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en su región.Te puede interesar: Alias Gavilán, el megacapoEfrén inició su carrera criminal en el bloque norte de las AUC hace cerca de 20 años –tenía 50 cuando murió- y luego se pasó junto con su hermano a la organización criminal que otros momentos se hizo conocer como los Urabeños o Clan Úsuga. Allí lideró la pseudo estrategia política y militar de las autonombradas Autodefensas Gaitanistas de Colombia para consolidar líneas de mando en el país y llegó a capacitar militarmente a jefes del grupo en zonas apartadas del Chocó. También fue el encargado de adquirir las armas de guerra (ametralladoras M6, Remingtons y hasta morteros) con las que la organización atacaba a la fuerza pública y diseñó el esquema de seguridad de su hermano Gavilán. 

Al momento de su baja, tenía bajo su mando a cerca de 200 hombres en armas y 250 integrantes urbanos encargados de monitorear las actividades de la fuerza pública. Pero lo que realmente indignó al gobierno fue que hubiera ordenado los asesinatos de policías que se desataron después de la muerte de Uldar Cardona, alias Pablito, en el marco del “Plan Pistola” en los departamentos de Antioquia, Chocó y Córdoba.En sus comunicaciones hay órdenes macabras que fueron interceptadas, así lo fueron cercando hasta que lo alcanzaron en el corregimiento de Titumate, en el municipio de Unguía, en la selva chocoana.Puedes escuchar: Los escalofriantes audios de Efrén Vargas, el asesino de policíasEl propio ministro de defensa, Luis Carlos Villegas Echeverri saludó la operación del mando conjunto de Agamenón II, en tanto que el director de la Dijín, el general Jorge Vargas, explicó que con este golpe se cerraba el cerco en torno a los cabecillas de la organización criminal. Una vez cerrado este capítulo, los cerca de 3.500 hombres del operativo Agamenón II que tiene como blanco principal al Clan del Golfo podrán concentrarse en su siguiente misión, a sabiendas de que la muerte de Efrén Vargas va a afectar la capacidad operativa del grupo delincuencial en esta zona del país.  

En esta casa cayó Efrén Vargas Gutiérrez, hermano de Gavilán, segundo en la estructura de grupo.