La controversia se originó al final de la campaña electoral, cuando el guionista de la cinta, Chris Weitz, comparó en un tuit al ejército imperial con una organización supremacista blanca. Otro guionista, Gary Whitta, comentó que a ese cuerpo se le opone “un grupo multicultural liderado por mujeres valientes”. Además, cambiaron sus fotos de perfil por el escudo de la alianza rebelde. Los seguidores más fervientes de Donald Trump se sintieron tan aludidos, que hicieron un llamado a no ver la película y adelantan una campaña en redes bajo la etiqueta @DumpStarWars.