Buenos Aires.- La capital argentina estaba sumida el martes en un gran congestionamiento de tránsito debido a un paro por 24 horas dispuesto por los delegados sindicales de las cinco líneas de subterráneos, que obligó al millón de usuarios del sistema a volcarse a otros medios de transporte. Los dirigentes gremiales reclaman que la empresa privada Metrovías, concesionaria del servicio, les otorgue un doble sueldo anual complementario (aguinaldo) antes de fin de año. El personal de los subterráneos ya consiguió que se redujera su jornada laboral a seis horas diarias, debido a que se trata de una labor generalmente insalubre. Metrovías, que funciona con importantes subsidios del Estado, anunció que pondría en vigencia un sistema de emergencia, que se cumplía con muchas demoras en cuatro de las cinco líneas. En la noche del lunes, cuando los delegados dispusieron sorpresivamente el paro reunidos en un hotel céntrico, hubo escenas de pugilato con un grupo de sindicalistas vinculados al sindicato, denominado Unión Tranviarios Automotor (UTA), que impugnó la medida de fuerza. El secretario de prensa de la UTA, Mario Calegari, atribuyó el paro "a un pequeño grupo que no es capaz de venir al sindicato" y recordó que varios de sus dirigentes, en las recientes elecciones del 28 de octubre, fueron candidatos del Partido Obrero, de tendencia trotzkista.     AP