Los vallunos quedaron aterrorizados el pasado domingo 16 de junio cuando las autoridades confirmaron que dos personas fueron decapitadas en Tuluá, en un aparente ajuste de cuentas entre bandas que se pelean el control del microtráfico en esa región del país.La noticia se propagó como un virus y de paso revivió los temores sobre la reactivación de una macabra práctica criminal que ya había golpeado a ese municipio del centro del Valle: la mutilación de cuerpos como señal de sevicia y terror entre las bandas rivales.Tan solo 20 días después de ocurrido ese macabro doble asesinato, la Fiscalía 9 Especializada de Tuluá que tiene a cargo la Brigada contra Homicidios, Briho, en todo el departamento, logró identificar a los presuntos responsables y llevarlos tras las rejas a la espera de un juicio. Fue un trabajo conjunto de investigación adelantado por la Sijín, CTI de Tuluá, Buga, Cali y Medicina legal.Puede leer: ¿Reaparecen las decapitaciones en Tuluá?Se trata de tres supuestos líderes de grupos criminales locales y que son identificados con los alias de Manikí, El Diablo y Pocholo. Ellos serían parte de una temida organización denominada la banda de Tancho, y estarían detrás de una vendetta mafiosa contra otro grupo local liderado por alias Pipe. Ambas se pelean a muerte los sitios de expendio de sustancias alucinógenas y otras actividades delictivas en el centro del Valle.Fuentes oficiales explicaron que los tres presuntos autores del asesinato y decapitación de las víctimas, fueron cobijados con medida de aseguramiento intramural por parte del Juzgado Segundo Municipal de control de garantías de Tuluá. Ninguno de los imputados aceptó los cargos que le formuló la Fiscalía.Tan solo 20 días después de ocurrido ese macabro doble asesinato, la Fiscalía 9 Especializada de Tuluá que tiene a cargo la Brigada contra Homicidios, Briho, en todo el departamento, logró identificar a los presuntos responsables y llevarlos tras las rejas a la espera de un juicio.Como se recordará, el sábado 15 de junio la comunidad del barrio Rojas de ese municipio reportó el hallazgo de dos cabezas humanas envueltas en bolsas plásticas. Al día siguiente las autoridades encontraron el resto de los cuerpos en un sector conocido como La Playita, muy cerca al río.Las víctimas fueron identificadas como Edwin Andrés Gutiérrez Saavedra, de 25 años de edad y Cristian Andrés Mesa. Ambos se dedicaban a la extracción de material de río. Las dos víctimas tenían antecedentes penales o anotaciones por concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes, porte ilegal de armas y hasta hurto. Incluso, uno de ellos gozaba de libertad condicional desde el año pasado.En contexto: Guerra mafiosa: Tuluá a la mexicanaEntre las hipótesis que barajan las autoridades, está la posible retaliación de una de las bandas porque semanas antes fueron objeto de golpes contundentes por parte de la Policía.Más allá de esos detalles, los tulueños recibieron con temor la aparición de los decapitados, por cuanto hace cinco años esa ciudad fue epicentro de una macabra vendetta entre dos pequeños capos de la mafia conocidos con los alias de Porrón y Picante y que tenían como sello personal el descabezar y descuartizar a sus víctimas, como señal de fuerza y terror.