En la búsqueda permanente de crecimiento personal y profesional en la vida, durante alguna de mis enfermedades pasadas, tuve la oportunidad de recibir un maravilloso regalo como lo es siempre un libro: Vivir heroicamente de Chris Lowney. De joven aprendí de los jesuitas algo que ellos denominan ‘el examen general’: hacerme diariamente las preguntas correctas y, lo más difícil, tratar de responderlas. Un estado de reflexión permanente. Este libro resultó ser la mejor evidencia y la herramienta más estimulante para formular propósitos en la vida, tomar decisiones y ponerles atención a mis pensamientos, acciones y resultados. Allí se destacan el arte de la gratitud y el optimismo, la clase de persona que uno quiere ser, el futuro que uno construye y por el que uno quiere luchar, las transformaciones trascedentes que uno puede producir, la ciencia de saber integrar nuestras creencias espirituales y nuestro trabajo. Y así, sucesivamente, uno va encontrando, poco a poco, el sentido de lo que se es y lo que se hace.