La polémica que desató la supuesta decisión de la Universidad de Caldas de habilitar una zona para que los estudiantes consumieran drogas demostró que desafortunadamente, este problema de salud pública sigue siendo manejado como un tema policivo. También permitió recordar que la mayoría de universidades tienen su ‘ollita’. Es de advertir que este complejo problema requiere novedosas medidas, antes de que a alguien se le ocurra llevar la fumigación y la erradicación manual al alma mater.   El ‘kiosko’ o la ‘Gallera’ era el sitio usado por aquellos estudiantes de la Universidad de Caldas que querían fumarse su ‘cachito’, pero que fue destruida hace un mes, dentro de un programa que busca hacer cumplir el reglamento estudiantil que prohíbe el consumo de alucinógenos.   Desde cuando las directivas de la Universidad de Antioquia construyeron un parque en el ‘aeropuerto’, un pequeño bosque cerca de la Facultad de Artes, donde los estudiantes consumían drogas, ahora otros toman pista en la zona deportiva y en la cancha principal.   El Bosque es la zona que en la Universidad Industrial de Santander (UIS) usan algunos estudiantes para despegar del alma mater.   El Parque Freud es desde hace varias décadas la zona de venta y consumo de drogas en la Ciudad Blanca de la Universidad Nacional de Bogotá.   En el gigantesco campus de la Universidad del Valle, los estudiantes también tienen su ‘aeropuerto’, una zona boscosa ubicada al lado del lago del centro educativo, donde se dan su voladita.