Ante los crecientes arrumes de desperdicios que se acumularon en las calles de la capital libanesa, nació el movimiento “You stink” (Apestas, en inglés), que movilizó a personas de todas las clases sociales. Primero se trató de manifestaciones pacíficas, que poco a poco subieron el tono hasta pedir la renuncia del primer ministro Tammam Salam y la “caída del régimen”. El fin de semana, se presentaron enfrentamientos que dejaron más de 80 heridos y desde entonces miles de manifestantes continúan inundando la calles de Beirut. El panorama para el gobierno es incierto y la gran pregunta es si logrará evitar el caos que consume a otros países de la región.