El director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, visitó la región turca de Hatay, en el sur del país, donde observó de primera mano la devastación causada por el terremoto del pasado 6 de febrero. Tras caminar la zona el funcionario concluyó que la situación es “apocalíptica”.

No es para menos. Las cifras que deja el sismo son aciagas: más de 50.000 muertos y unos 18 millones de damnificados. “Barrios enteros arrasados, casas destruidas, escuelas y comercios cerrados, vidas destrozadas. La magnitud de la devastación es realmente incomprensible”, afirmó Beasley.

En este marco, el chef turco Fatih Tutak, propietario del restaurante Turk, con dos estrellas Michelin y ubicado en Estambul, instó a que los dueños de los establecimientos gastronómicos del país apoyen las zonas afectadas.

“Los restaurantes pueden ayudarnos. Si pudieran organizar una noche en favor de las víctimas del terremoto (...) no se imaginan lo mucho que eso significaría. Lo agradecidos que les estaríamos si pudieran donar los ingresos de un solo día a la gente de Turquía. Están desesperados, necesitan ayuda”, dijo Tutak.

Para hacerle frente a la situación, el reconocido chef manejó desde Estambul hasta Iskenderun (una de las ciudades devastadas por el sismo) con el objetivo de encontrar un espacio para instalarse y cocinarle a las víctimas. Allí, tras unos días de adaptación, alimentó a unas 12.000 personas día.

“Imagina la peor película de terror que hayas visto: pues bien, esto es infinitamente peor. Es un desastre terrible. La cantidad de muertos es inimaginable, nunca había visto nada igual. Solo en Iskanderun podrían haber muerto 50.000 personas. Es un desastre absoluto y no todo sale en la televisión. Creo que la situación es mucho peor de lo que se da a entender”, manifestó Tutak en conversación con Fine Dining Lovers.

Por su parte, David Beasley aseveró que “aunque el mundo se ha movilizado rápidamente en apoyo de la población, el impacto de este terremoto se dejará sentir durante meses y años”.

Teniendo en cuenta que este desastre natural agravó las necesidades humanitarias y las reservas se están agotando rápidamente en el sur de Turquía y el norte de Siria, el PMA subrayó que es fundamental que los alimentos y otros suministros vitales puedan entrar a dicha zona de todas las formas posibles.

“Tenemos que reanudar y aumentar las entregas a través de las líneas fronterizas y hago un llamamiento a todas las partes para que faciliten el acceso”, declaró Beasley.

Cabe destacar que el PMA está ayudando a más de 2,3 millones de personas afectadas por el terremoto en ambos países. Sin embargo, los fondos que necesita para la respuesta de emergencia en Turquía ascienden a 80 millones de dólares. Mientras que para Siria se precisan unos 150 millones de dólares que se destinarán a ayudar a 800.000 personas afectadas.

Además, el Programa Mundial de Alimentos requiere de 300 millones de dólares para mantener su sistema de asistencia alimentaria en toda Siria para 5,5 millones de personas cada mes. Si no recibe esta cantidad, el PMA se verá obligado a suspender la ayuda a 3,8 millones de sirios en cuestión de meses.