La jornada de protestas de la semana pasada demostró que las movilizaciones seguirán marcando la agenda política, social y económica del país en este año. Ciertamente, el poder de convocatoria de la marcha del 21 de enero no se compara con las que vivió el país en las últimas semanas de 2019. Pero queda claro que muchas de las inconformidades siguen ahí, latentes, y la gente todavía espera respuestas del Gobierno nacional y de las administraciones locales que hace menos de un mes asumieron sus cargos. Múltiples analistas han intentado explicar las razones que hicieron explotar ese descontento en los últimos meses, tanto en el ámbito internacional como en Colombia. Con peticiones tan variopintas, no resulta fácil comprender su génesis y darles respuestas. En especial, porque muchas de las soluciones pasan por reformas estructurales o por procesos que requieren análisis reposados.

Resulta paradójico que, precisamente, se están manifestando en su mayoría los sectores que en los últimos años pasaron de la pobreza a la clase media. Pero justo ahora tienen mayores expectativas, al igual que una incertidumbre que invade su cotidianidad. Como dice la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez, en los últimos años ha aumentado la cobertura en salud y educación, hasta el punto de llegar casi a la universalidad; pero hoy hace falta mejorar la calidad de estos servicios y, sobre todo, aumentar las oportunidades. “Cuando una persona se forma y luego no encuentra una oportunidad para generar ingresos, indiscutiblemente, se genera un malestar social”, asegura la ministra. Para ella, este es el momento de empezar a corregir la inequidad acumulada durante años en Colombia y en América Latina. Coincide el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, quien explica que es necesario no solo crecer económicamente, sino con mayor equidad. Para lograrlo, según él, es preciso apostarles a los mayores generadores de empleo, como la industria y la agricultura. Por su parte, Rafael de la Cruz, gerente del Departamento de Países del Grupo Andino del Banco Interamericano de Desarrollo, explica que el problema principal tiene que ver con la vulnerabilidad de esa clase media, que pasó de un 24 por ciento a más de un 60 por ciento en los últimos 20 años. En efecto, carece de bienes y servicios públicos garantizados a plenitud, pero también, como se ha educado y tiene mayor acceso a la tecnología, empieza a compararse y a tomar mayores riendas de sus condiciones y su futuro. De allí que constantemente busquen ser escuchados y tenidos en cuenta en la toma de decisiones. “Pasamos de una rebelión de los pobres a una rebelión de la clase media, que se frustra al no ver todo lo que esperaba una vez saliera de la pobreza, trabajando muy duro”, resume De la Cruz.

A esto hay que sumarle otros elementos. Uno de ellos, la desconfianza generalizada hacia la mayor parte de la institucionalidad, y la desconexión que muchos ciudadanos sienten con el Estado y sus representantes políticos. Para Sergio Fajardo, exgobernador de Antioquia y excandidato presidencial, el hastío de la gente con la corrupción explica, entre otras cosas, las grandes movilizaciones. “A raíz de una serie de escándalos que hemos visto en los últimos años, la gente ya no cree en la justicia, en los partidos políticos, en la fuerza pública, en las instituciones y, en muchas ocasiones, en el sector privado, lo cual ha generado una gran indignación”, dice Fajardo. También tiene importancia el cambio que ha vivido el país a partir del acuerdo de paz con las Farc, que hizo que la sociedad empezara a reconocer otros problemas más allá de la seguridad y la confrontación con los grupos guerrilleros. Y que los movimientos sociales reivindicaran la protesta pacífica, alejados de la lucha armada como forma para conseguir el cambio. Esta ha sido una transformación profunda que hace que más y más personas pierdan el miedo de expresarse en las calles.

Estas son solo algunas de las razones que explican el momento histórico que vive Colombia. Aún falta mucho por comprender y quizás solo la distancia histórica permitirá hacerlo con mayor profundidad. Sin embargo, la calle no da espera, la gente exige soluciones con celeridad y hay que pensar cómo responder. ¿Funciona la fórmula de la conversación nacional propuesta por el Gobierno? ¿Cuáles son las reformas necesarias para atender las nuevas demandas? ¿Cómo recuperar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones? ¿Cómo lograr un mayor crecimiento económico y una mayor equidad? Esto buscará responder el Gran Foro Colombia 2020 en su primer panel, en el que participarán Fajardo, Gutiérrez, De la Cruz y Cárdenas.

Adicionalmente, el encuentro analizará temas como los avances en la puesta en marcha del acuerdo de paz, las perspectivas económicas del año, la transformación energética, los retos de la seguridad y las oportunidades para la inversión extranjera. Organizan este foro SEMANA, Dinero y el Grupo Energía Bogotá, con el apoyo de Telefónica, Didi, Cafam y Matrix Consulting. Adquiera su boleta en www.forossemana.com