En muchos países en desarrollo, la irrigación es responsable por el uso de más del 90% del agua extraída de las fuentes disponibles.En Inglaterra, donde hay lluvias abundantes casi todo el año, el agua usada para agricultura es menos del 1%. Por el contrario, en países como España, Grecia y Portugal el agua usada para irrigación sobrepasa el 70%. La irrigación permite que muchos países en desarrollo producir alimentos suficientes para toda su población. Sin embargo, el mundo necesitará más agua para producir alimento para cerca de 3.000 millones de nuevos habitantes que tendrá el planeta en las próximas decadas. El mundo no se está quedando sin agua, el problema está en que el agua no está siempre cerca para facilitar el consumo. La producción mundial de alimentos en el futuro está amenzada por la creciente competencia por el agua y por las prácticas de irrigación.