Referente al artículo de portada de la semana anterior, no encuentro ninguna gracia en la comparación hecha por Germán Santamaría entre Antonio Caballero y Osama Ben Laden. Muy desafortunada la forma de comparación, teniendo en cuenta la situación actual. Todo fundamentalismo es enemigo de la ilustración y la autonomía que son las fuentes de inspiración de Caballero y todo periodismo libre.