Como diría cualquier señora, gozo y sufro al Caballero porque complace aunque talle. De ahí que, no por lo crudo de Caballero al escribir, sino por lo frágil de los lectores al protestar, se me ocurre este disparate: Sin conocer el tintero,con sus cartas afligidascon sus notas doloridasy sus proclamas de fuero, están perdiendo partidasy se declaran suicidaslos brutos de Caballero. Miguel Antonio Velasco C. Popayán