El esfuerzo físico y mental que han soportado portugueses y franceses a lo largo del Mundial salió a relucir en el nuevo estadio de Munich. Tras un vibrante primer tiempo que hacía pensar que este iba a ser otro de los grandes juegos del torneo, el ritmo decayó en la segunda mitad, en gran parte porque a los franceses comenzó a faltarles aire. Todo parecía indicar que no aguantarían el asedio de Portugal, pero a los lusos les faltó profundidad y convicción para ir al ataque y sus jugadores decidieron botarse en el área para ver si el árbitro uruguayo Larrionda comía cuento y les regalaba un penal. En los últimos minutos del partido, cuando parecía que Francia tenía todo bajo control, el partido se tornó dramático y emocionante. Francia comenzó a equivocarse en el manejo del balón, Portugal se vino con todo y estuvo a punto de lograr el empate y llevar el partido al alargue. Pero la suerte estuvo el lado de Francia que al final ganó con mucha angustia. Al terminar el partido, una imagen para el recuerdo: el largo abrazo y el cambio de camisetas entre Zidane y Figo, dos veteranos que en Alemania 2006 hicieron un esfuerzo supremo que les permitió a sus selecciones meterse entre las cuatro mejores del mundo, por encima de favoritos como Brasil, Inglaterra y Argentina. ¿Podrá Francia recuperarse físicamente para enfrentar a Italia? ¿Qué tanto se desgastaron los italianos en el alargue ante Alemania? Buenos jugadores les sobran a ambos equipos. Falta ver si el estado físico les alcanza para llegar con todo a disputar la gran final. Nota final: y si Alemania le tiene pánico a Italia, a los italianos suele irles muy mal cuando enfrentan a Francia.