En Egipto hay un cuento misterioso. Siempre había existido el mito de que el traslado de la momia de un faraón traería una maldición. La semana pasada se trasladaron los restos de Ramsés II a un nuevo museo que había sido construido para recibirlos. Apenas esto se llevó a cabo, un accidente de bus dejó 32 muertos, después tuvo lugar el colapso de un edificio que mató a 25 personas y un día más tarde el canal de Suez fue bloqueado por una embarcación que puso en jaque el comercio marítimo mundial. Por esto, los supersticiosos salieron a decir que “se les había advertido”. Sobre la tumba de Ramsés II, que murió en 1213 a. C., el jeroglífico decía: “La muerte llegará desde el cielo a quien perturbe la paz de este rey”.