El representante a la Cámara Gabriel Santos, quien se quemó en las pasadas elecciones del 13 de marzo, se comporta como si fuera de la oposición y a veces peor. Atrás quedaron los tiempos en los que recomendaba en sus redes sociales votar por Iván Duque a la presidencia y defendía a Álvaro Uribe a capa y espada. Hoy, constantemente, se le ve en reuniones con los más enconados críticos del Gobierno. En los últimos días, a pesar de todo eso, pidió insistentemente ser ponente del proyecto que reglamenta la justicia virtual. Obviamente le dijeron que no, porque ya le tienen muy poca confianza. El asunto no le gustó, pero el que siembra, recoge, dice el adagio popular.