A sus 80 años, el ministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, tiene intacta una de sus principales aficiones en la vida: las motocicletas. Al canciller lo han visto con la mejor pinta, a bordo de su Royal Enfield 500, una de las motos más cotizadas del mercado. Los que lo conocen dicen que el canciller es un tremendo piloto. Con tanto chicharrón, pasear en moto es casi una terapia para Leyva. Debido a que hoy permanece en el extranjero, debido a sus obligaciones, a veces tiene que aplazar el ‘gustico’.