El consejero presidencial para la Seguridad Nacional, Rafael Guarín, se va del Gobierno a comienzos de enero. Fue el más férreo defensor de los militares y policías, al tiempo que el más riguroso en el gabinete al exigir respeto absoluto a los derechos humanos. Recientemente, el presidente Duque le reconoció en una conferencia en la Escuela Superior de Guerra ser el arquitecto de los documentos de la política de defensa y seguridad, y, en especial, haber logrado que el agua, la biodiversidad y el medioambiente se convirtieran en un asunto de seguridad nacional. Guarín quiere regresar a la cátedra universitaria, a escribir y a opinar.