El tema de la corrupción se agudizó en la última semana tras lo ocurrido en varias partes de Latinoamérica, pues, por un lado, el pasado 7 de diciembre, el entonces presidente de Perú, Pedro Castillo fue capturado por intentar disolver el Congreso de su país para continuar en el poder, razón por la que el Legislativo lo destituyó del cargo.

Asimismo, el martes pasado, la argentina Cristina Fernández de Kirchner fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación perpetua al ser hallada culpable de defraudación en licitaciones de obras públicas durante sus dos mandatos presidenciales (2007-2015), sentencia que ella atribuye a una persecución político-judicial, según informó la AFP.

Esto ha desatado todo tipo de opiniones en Colombia, y ambos sectores (tanto la bancada de gobierno como la oposición) han empezado a tirarse pullas de un lado a otro.

En Twitter, el senador Miguel Uribe indicó que lo ocurrido en el país inca es un ejemplo de aquello que debería hacer el Congreso en caso de que la democracia y la libertad de un país esté en riesgo: “El Congreso de Colombia debería hacer lo propio. Nuestra responsabilidad es ser garantes de la democracia, no notarios del presidente”.

Mientras que Gustavo Bolívar expresó este viernes 9 de diciembre, desde muy temprano ―entre otras cosas―, que en el país la justicia falla y de manera irónica escribió: “Si por la izquierda llueve, por la derecha no escampa. [...] Oposición inteligente cree que la corrupción es cuestión de ideología. Si la justicia en Col (Colombia) funcionara, 90 % de la derecha estaría presa”.