El fundador de Telegram, Pavel Durov, ha asegurado que la plataforma “acoge el debate pacífico y la protesta”, pero prohíbe “la distribución explícita de llamadas públicas a la violencia”, una política que se ajusta a los términos y condiciones de su servicio. Por esa razón, la plataforma informó que durante la semana pasada cerró “cientos de llamadas públicas a la violencia”.

En las últimas semanas, Telegram ha registrado un aumento significativo en las denuncias realizadas por usuarios sobre contenidos que incitan a las personas a infligir daño a otros, sobre todo provenientes del país norteamericano.

Con información de Europa Press