El Partido Conservador sólo pudo definir el nombre del candidato a la presidencia de la Cámara de Representantes un día antes de la elección. El acuerdo entre los partidos de la coalición del nuevo gobierno a la que hacen parte les otorgó esta dignidad en el primer año de la legislatura. Sin embargo, y a diferencia de otros partidos, los conservadores libraron una disputa interna que advirtió ciertas fracturas, y que se reflejó en que ninguna de las tendencias del partido pudo ponerse de acuerdo y pelearon hasta último momento por asumir la presidencia de la Cámara. Este lunes 19 de julio, Telésforo Pedraza, el candidato de la corriente pastranista del partido, declinó su aspiración a favor de Carlos Alberto Zuluaga, representante antioqueño que ostentaba su carácter independiente, pero que fortaleció su aspiración cuando la corriente de Andrés Felipe Arias decidió apoyarlo. Por eso, muchos señalan un triunfo de Arias en este pulso, pero debe entenderse más como un premio de consolación al alinear a su corriente en torno a la de Zuluaga. Telésforo Pedraza, al renunciar a su candidatura, advirtió que el Partido Conservador “está unido”. Pero puede ser más entendido como un mensaje político para evitar que otros partidos de la coalición hubiesen interferido en la elección del presidente de la Cámara, algo que hubiera minado la fortaleza del segundo partido mayoritario con representación en el legislativo.