Desde el pasado 17 de octubre, más de 100.000 familias de los municipios de Riohacha, Maicao, Uribia y Manaure están siendo beneficiadas de la inauguración del Refuerzo Eléctrico de La Guajira, una nueva línea de transmisión eléctrica construida para complementar las líneas con las que cuenta el departamento. El proyecto le ofrece a miles de hogares un servicio de energía confiable y seguro; su culminación demuestra que es viable desarrollar proyectos en la Guajira y es una señal muy positiva para las inversiones en energía anunciadas en la zona.

En 2016 las empresas Morelco y EMS comenzaron a trabajar juntas en el proyecto. Cuatro años después lograron poner en operación el anillo eléctrico entre Riohacha y Maicao. “Este garantiza unos niveles de voltaje mejores, más estables, que minimizan las fallas y los daños en equipos eléctricos y electrónicos. Permitirá que la oferta energética de la región supla las necesidades de los emprendimientos turísticos, comerciales e industriales”, explica Antonio Rodríguez, gerente general de Morecol. Este proyecto, que aportará al fortalecimiento de la economía y desarrollo del departamento, se ha destacado por el respeto con las comunidades étnicas de la zona. En el proceso de consulta previa participaron 154 comunidades y se invirtieron cerca de 19.000 millones de pesos en programas de compensación social y ambiental.

Y es solo el inicio, así lo asegura Rodríguez: “El proyecto seguirá fortaleciéndose para que el servicio tenga la misma calidad que ofrecemos en las principales ciudades del país. Hemos dado un gran paso para beneficiar a las comunidades de La Guajira”.

La torre wuayúu

Los encargados del proyecto decidieron construir una de las torres más altas de la línea de transmisión en honor a este pueblo ancestral. Ahora, al viajar entre Maicao y Riohacha se puede ver una alta edificación de colores naranja y verde, que evocan la arena del desierto, los cultivos y la biodiversidad de la región.

Unos tubos serpenteantes, símbolos del agua, un elemento vital para la supervivencia de los guajiros, abrazan la estructura. En la parte superior sobresale un diseño basado en el tejido wayúu. La torre se construyó ligeramente inclinada como un guiño a los fuertes vientos que soplan en la región.

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