El presidente norcoreano Kim Jong-un, sin considerar las múltiples advertencias de las Naciones Unidas, desafió nuevamente al mundo al lanzar un cohete de largo alcance. Supuestamente, llevaba un satélite que completa la órbita terrestre cada 94 minutos, pero todo indica que se trata de un misil balístico. El Consejo de Seguridad se reunió de urgencia para analizar el incidente, y condenó las “serias” violaciones cometidas por el programa nuclear de Corea del Norte. La ONU ha sancionado cuatro veces al régimen desde 2006, con prohibiciones a la compraventa de armas, al acceso a mercados financieros y congelando sus activos. Pero Kim Jong-un parece disfrutar ser un paria internacional. Por el momento, con el poder de veto, la responsabilidad recae sobre China, aliada histórica de Pyongyang, que hasta la fecha no ha logrado negociar un acuerdo con Washington.