El interferón, un medicamento que ayuda al sistema inmunológico a responder a las bacterias, virus, cánceres y otras sustancias que invaden el cuerpo, está siendo estudiado en el mundo como un posible tratamiento para el nuevo coronavirus. Sin embargo, el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) advirtió hoy que hasta el momento no hay evidencia sólida de que funcione, por lo que las personas deben abstenerse de comprar o vender este producto, bajo la premisa de que es efectivo para atacar la enfermedad.

La alerta se produce luego de que la autoridad sanitaria identificó varios casos de comercialización del medicamento con indicaciones y usos no autorizados. El Invima dijo que empezará a adelantar procesos sancionatorios contra quienes promocionen y ofrezcan este producto de manera fraudulenta y con información que induzca a los ciudadanos al engaño o al error.  La entidad de vigilancia aclaró que, hasta el momento, el uso de este medicamento solo está aprobado en el país en ensayos clínicos. Específicamente para el proyecto ‘Solidaridad‘, liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en más de 25 países y que en Colombia se inició hace un par de semanas. 

Para este caso excepcional, a la fecha, el uso del interferón cuenta con autorización en solo 9 instituciones de Bogotá, Cali y Barranquilla. En la capital están: Clínica Colombia, Clínica Infantil Santa María del Lago, Clínica Reina Sofía, Fundación Cardioinfantil y Fundación Santa Fe de Bogotá. En Cali: Clínica Sebastián de Belalcázar, Centro Médico Imbanaco y la Fundación Valle del Lili. Y en Barranquilla solo la Clínica Iberoamérica.  La advertencia es importante, pues hasta el momento los estudios muestran que la seguridad del medicamento es baja y puede tener efectos adversos de relevancia clínica. Entre ellos, daño hepático, depresión, trastornos renales y urinarios, hipersensibilidad y enfermedad cardiaca.  Por lo general, el interferón se usa para tratar la esclerosis múltiple. También para reducir la frecuencia y gravedad de recaídas clínicas en pacientes con cáncer y hepatitis, lo mismo que para retrasar la progresión de una enfermedad.