A medida que la pandemia continúa propagándose, los médicos, científicos y gobiernos buscan tratamientos seguros y efectivos para ayudar a quienes están enfermos. Sin embargo, todavía no existe cura.   La vacuna puede tardar muchos meses en llegar y eso deja a los tratamientos médicos como la única arma disponible para combatir el patógeno. Algunos son prometedores y la eficacia de otros todavía está por probar.  Estos son los últimos avances de la Organización Mundial de la Salud y la comunidad científica sobre ellos:   1. Dexametasona: Es un esteroide desinflamatorio de bajo costo. Según estudios preliminares de la Universidad de Oxford, Inglaterra, reduciría hasta un 30 por ciento de muertes en pacientes graves por coronavirus. A diferencia de otros tratamientos no actúa sobre el virus, sino sobre el sistema inmunitario. Lo deprime y de esta manera mitiga la inflamación descontrolada que aparece en las etapas avanzadas de la enfermedad. Por eso, los médicos advierten que no tiene sentido tomarlo de forma preventiva pues tendría el efecto contrario: haría a las personas más indefensas al virus.  

  2. Remdesivir: es un antiviral que inhibe la replicación del virus en el cuerpo. Estudios preliminares mostraron que los pacientes se recuperan más rápido con este tratamiento. Sin embargo, no alcanzaron a demostrar el impacto en la mortalidad. Para esto, hay que investigarlo en una población más grande y dichos trabajos ya están en curso.    3. Interferón: pertenece a una clase de medicamentos llamados inmunomoduladores. Funciona disminuyendo la inflamación y previniendo el daño a los nervios que pueden causar enfermedades como la esclerosis múltiple, hepatitis C y leucemia. Mostró resultados promisorios contra el Mers, pero hasta el momento no se ha probado su eficacia para el coronavirus. En este momento la OMS adelanta estudios, en los que participa Colombia, para ver si funciona. Los médicos advierten que es peligroso automedicarse con este fármaco, pues puede bajar las células de las defensas.    4. Plasma: La sangre está compuesta de células y plasma. El plasma de aquellos que se han recuperado de covid-19 lleva anticuerpos adquiridos de forma natural. Cuando se transfunde a pacientes críticos con la enfermedad puede ayudar a mejorar los resultado. Esta forma de terapia se está utilizando en todo el mundo y se están realizando ensayos para acceder a su eficacia.   

 Hasta el momento, estos son los tratamientos más prometedores. Pero como este campo está evolucionando rápidamente a medida que mejora la comprensión del virus, la información puede cambiar en días o semanas.  La OMS, por ejemplo, ya ha descartado la efectividad de algunos medicamentos, como la cloriquina y el lopinavir.    El Ministerio de Salud también advirtió esta semana que la ingesta de combinaciones de medicamentos sin fórmula y sin un criterio médico representan un peligro para la salud.