La noticia de que los cultivos de coca en Colombia sufrieron una drástica disminución tiene su lado oscuro. Entre 2009 y 2012, la coca cultivada en el país pasó de 73.000 a 48.000 hectáreas. Sin embargo, en ese mismo lapso, cerca de 500 erradicadores fueron víctimas de actos de violencia en esa labor. Cerca de la quinta parte murió y casi 400 resultaron heridos por ataques de la guerrilla o explosiones de minas.