Aunque el Reino Unido no forme parte del Euro, de producirse este hecho, las consecuencias serían mucho mayores. Su salida disminuiría en US$1.200 el PIB per cápita de los británicos, casi US$100 el de los irlandeses, US$400 el de los belgas y US$193 el de los alemanes. Además la City de Londres, hoy la capital financiera del mundo, vería muy debilitada su posición. Ninguna de las partes ganaría con una ruptura de este tipo.