La guerra narcoterrorista desatada por Pablo Escobar llegó a su cenit en las últimas cinco semanas de 1989. Los autodenominados 'Los Extraditables' impusieron, como nunca en la historia, su régimen de terror. En menos de dos semanas explotó el avión de Avianca en pleno vuelo con 107 personas a bordo. Luego, en una explosión apocalíptica, los narcotraficantes volaron el edificio del DAS, en donde murieron 63 personas y más de 600 resultaron heridas. La oleada narcoterrorista parecía no tener fin. En tan sólo cuatro meses, y luego del magnicidio de Luis Carlos Galán el 18 de agosto de 1989, se colocaron 88 bombas en Cali, Medellín, Barranquilla y Bogotá. En diciembre de ese año los colombianos parecían perder la esperanza de librarse del narcoterrorismo, que había empezado en 1984 con el asesinato del entonces ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla. El ofrecimiento de Escobar de pagar dos millones de pesos por cada policía muerto dejó la cifra de 737 uniformados asesinados en Medellín entre 1990 y 1993.Durante el período más duro de esta cruenta guerra, entre 1989 y 1991, fueron asesinados cuatro precandidatos presidenciales, varios magistrados, jueces, ex ministros, y secuestrados medio centenar de ciudadanos.El 19 de junio de 1991, con la entrega de Pablo Escobar a la justicia colombiana el país sintió que la era del narcoterrorismo había llegado a su fin. Según la Policía Nacional y el Dane, entre 1989 y 1991, 15.000 personas murieron por actos terroristas. Entre 1990 y 1993 el país sufrió 1.414 acciones terroristas, de las cuales 566 se presentaron durante 1991, el año más crítico de la guerra. El 22 de julio del año siguiente Escobar se fugó en compañía de nueve de sus hombres y revivió el terrorismo, aunque en menor escala que en los años anteriores. Para el país el fin de la pesadilla ocurrió el 2 de diciembre de 1993 cuando Escobar fue dado de baja en Medellín. ¿Colombia volvió a lo mismo?