Una de las principales razones es que el presidentre, Xi Jinping, dijo, en 2015, que su país debía tener uno de los mejores equipos de fútbol del mundo. Acto seguido, China Sports Media adquirió por 1.150 millones de euros los derechos de emisión de la liga; desde ese momento grandes y pequeñas empresas del gigante asiático comenzaron a invertir en los clubes y a permitir traslados y sueldos astronómicos. Tanto, que el propio gobierno ya está tratando de controlar las cada vez más multiimillonarias transaccones.Estos jugadores se han dejado seducir por las propuestas de los clubes chinos.