El martes pasado en horas de la mañana había más de una docena de guardaespaldas en el piso cuarto de la Fundación Santa Fe al norte de Bogotá, cuidando a alguien muy importante. El lunes por la noche se había internado en ese centro el ex-presidente Virgilio Barco y, obviamente, todo el mundo pensó que los escoltas eran para cuidarlo a él. Pero no era así. En realidad estaban destinados a custodiar al extraditable Luis Fernando Morales, quien se encontraba en el mismo piso, a 20 metros del cuarto del ex-presidente. Morales fue víctima de una grave infección hepática y debido a eso su extradición fué pospuesta recientemente por el gobierno. Para curarlo se decidió enviarlo a la Fundación Santa Fe, con una escolta digna de un ex-presidente.