Los secretos de David Copperfield podrían quedar expuestos ante un tribunal por una demanda que interpuso uno de sus espectadores, Gavin Cox, de 57 años. El hombre afirma que sufrió un accidente en 2013, cuando participó como voluntario en uno de los shows. El truco para el cual el mago lo escogió requería que él y otros espectadores atravesaran un pasaje secreto para lograr el efecto de su supuesta desaparición. Según Cox, mientras corría de un lado a otro cayó al suelo por culpa de varios objetos que la producción dejó en el camino. Ante esta acusación, Theodore Blumberg, el abogado de Copperfield, explicó que “David ha realizado esa ilusión con éxito durante más de 15 años, con más de 100.000 participantes de la audiencia, la historia del espectáculo habla por sí misma”. Sin embargo, Cox sostiene que las secuelas del accidente todavía le ocasionan problemas de memoria a corto plazo, y lo obligan a usar un ventilador especial para respirar en las noches. Por esta razón, su abogado, Benedict Morelli, no se detendrá hasta “demostrar que Copperfield es más un tramposo que un mago”.