Es con verdadera extrañeza que me he enterado del contenido del artículo 'Leyva contraataca' aparecido en la edición #876 de la revista SEMANA. El artículo mencionado es irrespetuoso con el señor Presidente de la República, a quien de alguna manera coloca como si fuera a remolque de los acontecimientos. Lo es con Alvaro Leyva, a quien presenta como un vocero disimulado de las Farc. Y lo es finalmente con Juan Manuel Ospina, que como presidente de la Comisión Accidental de Paz del Senado ha participado en el proceso en curso y desde mucho antes, con independencia y seriedad, ha estado vinculado con el tema más sagrado para los colombianos: la paz. Con algunos elementos reales y una enorme dosis de fabulación, me colocan como emisario de Alvaro Leyva, persona a quien conozco de años atrás, a quien respeto, pero frente a la cual siempre he tenido y tendré absoluta independencia. Adicionalmente me presentan como partícipe en una especie de conspiración para buscar que Víctor G. Ricardo salga del cargo de alto comisionado. No es mi estilo conspirar contra los funcionarios. Respeto profundamente la autonomía del Presidente para nombrar y remover a sus colaboradores. Lo anterior no obsta para que frente a determinadas decisiones y comportamientos de Víctor G., yo haya discrepado, pero siempre lo he hecho de frente y comentándole a él mis opiniones.Creo desde tiempo atrás, para ser más exactos desde mi paso por la dirigencia gremial nacional, que el tema de la paz es un tema nacional que exige amplios y sinceros acuerdos entre los principales actores sociales y políticos del país. Comparto igualmente que la responsabilidad política y constitucional del proceso, está en cabeza del señor Presidente. Creo, en fin, que en las actuales circunstancias en que se encuentra la búsqueda de un camino para la negociación, es más urgente que nunca la búsqueda de esos acuerdos. Sobre esto el señor Presidente ha hecho unos planteamientos que comparto ampliamente, con independencia y responsabilidad. Juan Manuel Ospina, presidente Comisión Accidental de Paz, Senado de la República Bogotá