Los restos encontrados, que por su estado de descomposición pueden haber estado allí por más de doce meses, corresponden a 30 hombres, 3 mujeres y otros 3 cuerpos de los que no se ha determinado el sexo. Miembros de la comisión de Criminalística, integrada por odontólogos, antropólogos, médicos y técnicos judiciales, indicaron en los resultados de su primer estudio que los restos pertenecen a personas entre los 16 y 45 años de edad. Presentan un mismo corte en las articulaciones, signos de tortura y algunos fueron decapitados. 16 de las víctimas registran impactos producidos por armas de fuego. Como primera hipótesis que arroja la investigación, los fiscales indican que entre los muertos se encuentran secuestrados, desaparecidos y miembros de grupos al margen de la ley. En las fosas también pudieron enterrar los muertos de una masacre paramilitar. Así mismo, los investigadores crearon una base de datos para cada una de las víctimas y le pidieron a las personas que tengan familiares secuestrados o desaparecidos en los departamentos de Huila y Caquetá, se acerquen a las Unidades de la Fiscalía en estas zonas para suministrar información. Esto con el fin de establecer la identidad de los restos.