La empresa estatal de petrolees de Brasil sigue generando nerviosismo entre sus inversionistas pues el plan de reducción de deuda para afrontar un escenario de bajos ingresos requiere de vender y desinvertir casi US$57.000 millones, una cifra muy similar al plan de privatizaciones que debe poner en marcha Grecia. Tamaño reto, estimaciones recientes creen viable lograr la mitad.
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