Invocando por primera vez el argumento de una 'amenaza', los textileros de Estados Unidos pidieron al gobierno de George W. Bush que limite la entrada de productos chinos: decenas de pantalones, toallas, camisetas y otros productos ante el miedo latente de que inunden a su país a fin de año, cuando se levanten los cupos internacionales para textiles y ropa. Hasta ahora, los industriales de Estados Unidos nunca pidieron restricciones contra China amparándose en las leyes comerciales internacionales que se basan en la amenaza de perjuicios y no en el perjuicio real. Pero sostienen que Washington debe actuar lo antes posible, dada la ya significativa penetración de China en el mercado estadounidense.