Si bien Colombia se ha empezado a preocupar por sus víctimas, hay una a la que casi no se le ha prestado atención: la salud mental de más de 6 millones de personas que en carne propia han sufrido los desmanes de la guerra.En muchos casos, la atención se concentra en las principales ciudades porque los centros de salud de las comunidades, que son las más afectadas, no cuentan con los servicios necesarios para ofrecer el tratamiento con el que se comprometió el Estado a través de la Ley de Víctimas.Le recomendamos: Conflicto y salud mental: heridas invisibles de la guerraEn el caso de Tumaco, por ejemplo, Médicos Sin Fronteras atiende anualmente un promedio de 6.000 pacientes en Buenaventura y Tumaco que sufren depresión (25 por ciento), ansiedad (13 por ciento), trastornos mentales (11 por ciento) y estrés postraumático (8 por ciento). Esto, debido al déficit en los servicios de salud mental a nivel primario.Estos son algunos de los pacientes que lograron superar las secuelas del conflicto: