El presidente chino Xi Jinping demostró la semana pasada que su política exterior será mucho más agresiva que la de su antecesor Hu Jintao. China publicó un mapa de una nueva zona de control aéreo en la que incluye el espacio de unos islotes deshabitados que disputa con Japón, llamados Senkaku en japonés y Diaoyu en chino. La decisión fue prontamente rechazada por Tokio y por Washington, que envió dos bombarderos B-52 (foto) a sobrevolar la zona para demostrar que no está dispuesto a aceptar una medida unilateral como esa. El asunto podría agravarse, pues en el área opera la VII Flota naval de Estados Unidos, por lo que el incidente seguramente se repetirá. Tanto la nueva actitud china como la postura nacionalista del gobierno japonés prometen escalar el problema, en uno de los mares de mayor importancia estratégica en el mundo entero. Las escenas de la Guerra Fría parecen regresar con aun más peligro.