A la controversia generada por la donación que hace España a Colombia de aviones de combate y de otros equipos militares en la cual han participado columnistas, periodistas, y hasta un senador de la República, es mi intención agregar alguna información técnica elemental que pueda ilustrar un poco más a la opinión pública sobre un tema que la mayoría no conoce por ser especializado. Sea lo primero, decir que personalmente valoro la importante ayuda que se nos hizo y que de acuerdo con lo que se conoce, consintió en aeronaves, inteligencia satelital, equipos para la Armada y otros. Considero que es un apoyo significativo que reitera el grado de compromiso que el gobierno español ha tenido en Colombia en ese y otros temas. Pero es importante que primero demos una ojeada a las características generales de Mirage F-1, como de los equipos que encabezaban esta donación: Hill Gunston, ex piloto instructor de la Real Fuerza Aérea británica, autor e historiador muy respetado en aviación y en otras áreas científicas, muy resumidamente lo describe así: "Avión de combate tripulado por un solo piloto. Diseñado para cumplir misiones múltiples (ataques aire ?tierra, aire ? aire, reconocimiento, entrenamiento, etc.) Propulsado por un motor Snecma Atar 9-K50 que produce 15.873 libras de empuje. Puede alcanzar más de dos veces la velocidad del sonido. Asciende hasta 70.000 pies (en su versión E). El diseño del Mirage F-1 difiere del de los Mirage III y V básicamente en alas y cola, con reformas en su fuselaje. Los equipos III y V tienen un ala delta a 60 grados, sin cola "tailess plane", en tanto que en el F-1 el ala es a 47 grados, menos del tamaño del delta, lo que le da mayor eficiencia a baja altura, aumenta el rendimiento de los pilotos y la precisión en la entrega de armas. Este nuevo diseño incrementó la sustentación y la maniobrabilidad, reduciendo de manera apreciable la velocidad de aproximación y la longitud de pista requerida para su operación, porque incorpora estabilizador vertical y horizontal, spoilers, air brakers y alerones." Dice Gunston que la fábrica Dassault considera que la maniobrabilidad en combate se incrementa en más del ochenta por ciento. En cuanto a la aviónica, alma de toda aeronave, existen variedad de opciones. El Mirage F-1 permite la instalación de radar, piloto automático, sistema de posicionamiento global GPS, navegación inercial, doppler, computadores digitales, láser ranger, sistema de entrega de armas y otros equipos que van desde muy sofisticados a relativamente sencillos. Otros datos técnicos no considero pertinente enumerarlos porque serían demasiado complejos, además de que no se conoce con exactitud el tipo de equipos instalados en los Mirage ofrecidos por España. De la descripción anterior se puede deducir, sin ninguna duda, que la donación del gobierno español es muy valiosa en términos monetarios pues equivale a varios millones de dólares. Lo que es verdaderamente importante definir es si Colombia realmente requiere para su problema interno un equipo tan sofisticado cuya operación (es bien sabido) es supremamente costosa. Yo pienso que no, porque el presupuesto de la Fuerza Aérea Colombiana, que tradicionalmente ha sido deficitario, se afectaría aún más. Creo que cuando el país esté en condiciones de incrementar el inventario de aeronaves de la FAC debería hacerlo en equipos destinadas a "operaciones aéreas especiales" como son el TAC C-47 o "avión fantasma", el helicóptero Black Hawk, y el avión C-130 Hércules. En los tres equipos la Fuerza Aérea tiene muchísima experiencia. Los éxitos del avión fantasma son bien conocidos, y el C-130 podría convertirse también en un super fantasma debido a sus excepcionales condiciones de operación, pero lo más importante es que estos equipos no sólo son útiles en la guerra sino que pueden ser muy importantes en la paz, cuando sirvan en labores de avión ambulancia, transporte de carga y pasajeros en lejanas zonas del país. Desde hace mucho tiempo he defendido la tesis de que los aviones supersónicos no son apropiados para países del tercer mundo, por lo general con economías débiles, porque su costo de operación es excesivamente alto y el beneficio muy relativo. Sólo aquellos que tienen una industria Aeronáutica fuerte y desarrollada y que en alguna forma son autosuficientes o por lo menos parcialmente, pueden operar equipos supersónicos con relativa eficiencia. Esos países además ofrecen servicio de mantenimiento y reparación para aviones de estas características a diferentes Fuerzas Aéreas, subsidiando con las utilidades del negocio los costos de su propia operación. Por los planteamientos anteriores, que son absolutamente personales, conceptúo que aún estando los aviones en relativo buen estado de funcionamiento, declinar el ofrecimiento fue lo más conveniente para el país. A la expresión muy castiza que hiciera el comandante de la FAC sobre el colmillo del caballo regalado, estoy seguro y sin el menor ánimo de incomodar que agregaría también con el mayor respeto otro adagio nacido de la tradición popular: "Hay cosas que pueden llegar a ser muy valiosas en unas manos, pero en otras, regaladas son caras." prensacga@hotmail.com*El autor es oficial piloto de la Fuerza Aérea Colombiana en retiro. Su último cargo lo desempeñó como segundo comandante de la Fuerza Aérea en 1988. También fue comandante de la Base Aérea Marco Fidel Suárez de Cali, del Comando Aéreo de Transporte Militar Catam en Bogotá, y comandante de la Base de palanquero, sitio operativo de los aviones Mirage y Kafir. Actualmente es vicepresidente del Cuerpo de Generales y Almirantes en Retiro de las Fuerzas Militares de Colombia.