Soy médico, profesor de patología de la Universidad del Valle y he sido director del banco de sangre de Cali (Colombia) y Minneapolis (E.U.).Quiero felicitarlos por su artículo '¿Falsa alarma?' de mayo 7 de 1996 porque expone claramente el punto básico que la epidemia de sida está mayoritariamente asociada a la conducta humana específica de tener relaciones sexuales anales.Pero quisiera corregirles una desinformación catastrófica: el cuadro titulado 'Dónde está el peligro' (sic) afirma que en trasfusiones de sangre el riesgo es el de "una infección por 45.000 a 60.000 donaciones".Esto es falso. La sangre donada por donantes seropositivos o a riesgo de estar en contacto con el VIH se desecha de todos los bancos de sangre del mundo y el riesgo de adquirir el VIH después de una trasfusión de sangre de 1 en 200.000, aproximadamente, en Colombia o Estados Unidos. No es lo mismo una donación de sangre que una trasfusión.Nunca, ¡nunca! se adquiere el virus por una donación de sangre. Sólo recuerdo unos casos en España (quizás Alicante, si la memoria no me falla) en que se describió trasmisión del virus después de unas 'donaciones' de sangre y esto tuvo que ver más con agujas contaminadas que con otra cosa.Sirva esta ocasión, y su buen artículo, para repetirle a la opinión colombiana y al gobierno colombiano que el sida no es frecuentemente sino sólo muy excepcionalmente asociado a los bancos de sangre.Lo que necesitamos todos es que haya más y mejores donantes.Pedro Alejandro Rovetto, M.D.Cali